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GRANJAS MOTLEY: CABALLOS, GALLINAS Y HORTICULTURA

¿Cómo crece su jardín?

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Granjas Motley:
caballos, gallinas y horticultura

Por Sharon Hudgins • Fotografías de Karen McCullough

Cuando usted conduce fuera de la ciudad a visitar una granja en Texas, no se espera a ser saludado en la entrada por una sonriente pareja con copas flautas de champán en la mano llenas de burbujeantes Bellinis con sabor a caquis de cultivo orgánico.

Esta fue la deliciosa bienvenida que recibí en las Granjas Motley cerca de Merit, en el centro-norte de Texas, al visitarlas en un día caluroso y soleado de la primavera pasada. Unos amigos me habían presentado a los propietarios, Tom y Kay Motley, un par de años antes, y desde entonces nos habíamos estando viendo de vez en cuando en eventos sociales y mercados de agricultores locales, donde había probado sus hierbas orgánicas frescas y comido postres hechos con fruta producida por sus propios árboles. Ahora por fin había llegado a ver la tierra en la que se cultivaban estos alimentos.

Pronto aprendí que ambos Motley son descendientes de una gran familia de agricultores que se asentaron en Texas y Oklahoma en los años 1820 y 1830. Sin embargo, ni Tom ni Kay nunca pensaron que estaban destinados a convertirse, en última instancia, en agricultores ellos mismos.

“En mi familia, por ambos lados, eran agricultores en el Condado de Colinas (Hill County), Texas,” dijo Tom. “Mi abuela era una auténtica vaquera que acompañó a sus hermanos en dos conducciones de ganado cuando ella tan sólo era una adolescente. Y mis padres nacieron en las granjas vecinas cerca de la localidad de Irene.” En la década de 1940, el padre de Tom dejó la granja para trabajar en los astilleros y los campos petroleros alrededor de Beaumont, donde nació Tom. Cuando era un niño, Tom pasó mucho tiempo en las granjas de sus parientes en Texas, en casa de varios tíos y tías que ayudaban a sus padres en tiempos difíciles. “A la edad de doce años, me prometí a mí mismo que nunca volvería a vivir en una granja”, dijo él.

En cambio, se convirtió en un artista, el primero de su familia, obteniendo una licenciatura de Bellas Artes en pintura en la Universidad de Texas en Arlington, seguido por estudios de maestría en la Universidad de Dallas y dos becas Fulbright en Europa. Como profesor de arte en Richland College de Dallas desde 1972, Tom vivió en zonas urbanas durante toda su vida adulta hasta que conoció a Kay en una cena en McKinney, Texas, hace unos años.

Nacida en Oklahoma, Kay creció en Texas, cerca de San Angelo y de Abilene, donde desarrolló un amor de toda la vida a los caballos. Después de terminar la escuela secundaria en Dallas, se graduó en historia y sociología en la Universidad Cristiana de Texas en Fort Worth. A finales de los años 60, poco después de graduarse de TCU, Kay sorprendió a su familia, al declarar que ella realmente quería ser una entrenadora de caballos profesional. Y eso hizo entrenando a cientos de caballos, entre ellos a dos campeones del mundo, a más de veinte ganadores listados entre los diez primeros de la American Quarter Horse Association, y a un montón de otros ganadores de premios ecuestres.

Dos décadas transportando a caballos y jinetes a competiciones por todo el país, convencieron finalmente a Kay que estaba lista para establecerse permanentemente en su propia granja, en un clima cálido. En 1989 compró once acres (4,4 hectáreas) de tierra cerca de Farmersville, Texas, donde todavía podía entrenar caballos así como tener un lugar donde cultivar heno y plantar un huerto de verduras y hierbas para la cocina.

Cuando Tom y Kay se conocieron por primera vez en McKinney en 2002, ambos habían sido jardineros por mucho tiempo. “Siempre plantaba jardines de flores alrededor de mis estudios de arte”, recuerda Tom. “Un día Kay me pidió que viniera a su granja a ayudar a mover un poco de heno en el granero, y mientras estuve allí una ola de nostalgia me invadió. De repente, yo quería vivir nuevamente en el campo, en una verdadera granja”.

“Kay y yo nos casamos en 2004”, Tom continuó diciendo, “y pronto comenzamos a preguntarnos qué tipo de trabajo podríamos hacer juntos, sobre todo más tarde, después de que nos jubiláramos de nuestros puestos de trabajo profesionales. Realmente nosotros no sabíamos nada de nuestras profesiones respectivas. Yo había sido un pintor y profesor de arte toda mi vida, y ella era una entrenadora de caballos. Finalmente nos dimos cuenta de que realmente lo que teníamos en común era nuestro amor por la jardinería.”

En 2005 se compraron 26 acres (10,5 hectáreas) de tierra cerca de Merit, Texas. “Tan pronto como la vimos, nos enamoramos de la propiedad”, dijo Tom. “Pensamos en lo terrible que sería si algún desarrollador de bienes raíces la comprara en vez de nosotros. Tiene colinas, un riachuelo que la atraviesa, algunas praderas de pasto alto y 40 tipos de árboles de madera dura. Decidimos comprarla y hacer algo bueno con ella.”

Los Motley le pidieron a Cas Franklin, un arquitecto paisajista profesional en McKinney, que les ayudara a planificar la mejor manera de utilizar la tierra. “Tratamos de no imponernos en la propiedad”, dijo Tom. “Dejamos que la tierra nos diga qué hacer.”

Comenzaron por cultivar algunas hierbas orgánicas, hortalizas y melones, principalmente para ellos mismos, y luego empezaron a vender el excedente en el mercado de agricultores de Farmersville. “Pensamos que tenían que haber otras personas como nosotros que querían comer alimentos frescos”, dijo Kay, recordando cómo su negocio se puso en marcha y pronto se expandió. “Pero todavía sólo cultivamos las cosas que nos gusta comer, ver y oler a nosotros. ¡No cultivamos cilantro!”

Tom es una persona extrovertida, que goza atender los puestos de Motley los fines de semana en los mercados de agricultores en Farmersville, McKinney y otras ubicaciones en el área de Dallas. “Me gusta mucho hablar con la gente acerca de nuestros productos”, dijo Tom, “hablarles de nuestros pepinos de limón, de la salvia de piña y de la menta de chocolate. Me gusta introducirle a la gente nuevos ingredientes, nuevos sabores, nuevas texturas “.

“¡No te olvides de nuestro arco iris de huevos de colores producidos por nuestras gallinas camperas!”, añadió Kay, que cría seis razas diferentes de gallinas ponedoras. “Y la miel sin refinar de nuestras colmenas, también.”

“La gente quiere saber de dónde vienen sus alimentos, que son de cultivo orgánico y que los animales son criados humanamente,” Kay continuó. “Les damos recetas para las verduras que nos compran y les sugerimos maneras de utilizar las hierbas que nunca han probado antes. En cada mercado conocemos a un nuevo cliente que se convierte en un cliente habitual.”

“Una de las cosas importantes que he notado en los últimos años es que aproximadamente el 20% de nuestros clientes son parejas jóvenes con hijos, padres que no quieren alimentar a sus hijos con productos químicos”, dijo Tom. “Son personas de todas las clases económicas que prefieren pagar un poco más por algunas zanahorias orgánicas que menos dinero por una libra de zanahorias de supermercado, que están cargadas de productos químicos.”

Aunque los Motley comenzaron lentamente, cultivando hierbas y hortalizas orgánicas en el huerto de Kay, cerca de Farmersville, en los últimos cuatro años, el negocio se ha expandido principalmente en su granja de Merit. Su cosecha de la temporada incluye ahora perejil, salvia, tomillo y romero, pericón y orégano mexicano, acedera francesa y acedera roja, hierbas aromáticas de verano y de invierno, acelgas e hinojo de Florencia, papas Yukon Gold y Kinnebec, caqui japonés, sandías luna y estrellas, ocho variedades de albahaca y seis tipos de ajo.

“Al menos el 80% de nuestros cultivos provienen de semillas antiguas o de reliquia (heirloom)”, dijo Tom , “lo que resulta muy caro porque tenemos que sembrar casi el doble, ya que sólo aproximadamente la mitad de las semillas producen las plantas que necesitamos”.

Los Motley son miembros de Seed Savers Exchange (asociación de intercambio de semillas) y de Texas Organic Farmers & Gardeners Association (asociación de agricultores y jardineros orgánicos de Texas). En 2008 se convirtieron asimismo en una granja afiliada a Noble Foundation Cooperating Farm, formando así parte de una organización filantrópica que ayuda a los pequeños agricultores asesorándoles sobre la gestión de pastizales, el financiamiento y mejoramiento de los cultivos.

Tom, escritor de talento, escribe una popular columna bimensual, “El informe de la Granja Motley”, en The Farmersville Times, The Princeton Herald y en varios otros pequeños periódicos del Norte de Texas propiedad de C & S Media. Entreteje observaciones acerca de la vida rural, arte y filosofía, basadas en sus propios recuerdos personales, en personajes de la familia y en las experiencias de la tierra, en el estudio del pintor y en el aula. Los lectores aprecian particularmente sus historias reales sobre los animales en las dos granjas Motley. Está Eli, la amable burra, pero muy territorial; Knucklehead, el carnero castrado retardado; Nosy, el caballo cuarto de milla que carga las herramientas y zulú, el perro cazador de mapache Blue Tick que remplazó al querido Buck de Tom, que fue atropellado por un coche.

La carrera de Tom como pintor, profesor y escritor, y el éxito de Kay como entrenadora de caballos de campeonato, han sido enriquecidos por sus decisiones posteriores en la vida de convertirse en agricultores orgánicos. Además de vender sus productos directamente a clientes en los mercados de agricultores, ahora también suministran a varios chefs de restaurantes en esta área. Annie Stokes del Café Málaga en McKinney fue cliente desde el principio, así como lo fue Elías Aad del Pizza Plaza en Princeton. Más recientemente, los Motley han comenzado a suministrar productos cultivados orgánicamente a Stephan Pyles para sus dos restaurantes en Ross Avenue en Dallas y a Sharon Van Meter para eventos culinarios especiales en Milestone Culinary Arts Center (centro de artes culinarias) en McKinney Avenue en Dallas.

“Me encanta hablar con los cocineros y chefs sobre los productos que les estamos proporcionando”, dijo Tom. “Tienen tantos conocimientos y son tan creativos. Es como hablar con alguien acerca de mis propias pinturas”. Al oírle decir eso, es fácil imaginar a Tom planificando el diseño de su próxima huerta como una obra de arte de la horticultura, o tal vez imaginando la composición de su próximo cuadro de un jardín de hierbas lleno de colores.

 

 

Gallina asada en salmuera
Cortesía de Granjas Motley

Cubra una gallina campera fresca de 3 a 5 libras con agua (se utiliza una olla grande) a la que se ha añadido ½ taza de sal marina o sal

Kosher y 1 cucharada colmada de pimienta en granos de Pendery’s Rainbow, una mezcla gourmet de pimienta rosa, verde, blanca y Tellicherry. También agregue un puñado de melisa fresca y tomillo limonero plateado. Refrigere durante veinticuatro horas.

Retire la gallina de la salmuera, seque bien, sazone la cavidad con sal y pimienta, rellene con melisa fresca y unas ramitas de tomillo limonero y cierre la cavidad.

Mezcle ½ barra de mantequilla ablandada y las hojas de tres a cuatro ramitas de tomillo limonero e inserte la mezcla entre la piel y la carne del pecho y de los muslos.

Coloque la gallina en una bandeja para hornear sobre papas rojas pequeñas cortadas a la mitad, y añádale un chorrito de aceite de oliva. Espolvoree sal, pimienta y pimentón sobre el pecho y las piernas para obtener una piel crujiente y de color magnífico.

Hornee sin cubrir a 450 grados Fahrenheit (más o menos 235 grados centígrados) durante una hora.

Las especias de Pendery’s World of Chile & Spices se pueden encontrar en línea en www.penderys.com

Bellinis al caqui

 

Rinde 10-12

2 ó 3 caquis Tamopan o Hachiya muy maduros

1 jigger (1.5 oz ó 45 ml) de licor de durazno

1 cucharada de jugo de naranja sin pulpa

1 botella de champán, Prosecco o cualquier vino espumoso, bien frío

Fresas

Saque la pulpa madura de los caquis y lícuela con una batidora hasta obtener un puré. Mezcle el puré con el jugo de naranja y el licor de durazno.

Vierta una parte de la mezcla de caqui en una copa flauta y añada dos partes de champán.

Sirva inmediatamente con una fresa partida colocada en la orilla o dentro de la copa flauta.

Rinde 4 porciones.

Nota de la editora: Aunque los caquis se cosechan de principios a finales del otoño, sería de mala educación hablar de los deliciosos Bellinis de caqui de Tom sin dar la receta. Discúlpenos por la incorrección de temporada de esta receta, pero recuérdela para la cosecha del próximo otoño, cuando los caquis estén en su pico y sea apropiado entonces degustar el Bellini de caqui. Entendí, de acuerdo a Tom, que la fruta también se puede congelar; así que usted puede disfrutar de ese sabroso Bellini todo el año. ¡Salud!

 

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SHARON HUDGINS, a resident of McKinney, is the Food Columnist for German Life magazine, USA (www.germanlife.com) and the Food Editor for European Traveler website (www.europeantraveler.net).